Alarico, el líder de los visigodos, llegó a amasar
una incalculable fortuna que, según expertos, se encuentra oculta en algún lugar de Cosenza, Italia.
En el año 410, a su mando, los
visigodos ingresaron a la ciudad de Roma y la saquearon por completo: el tesoro
más grande de la humanidad, que hoy equivaldría a 275.000 millones de euros, quedó
en manos del rey de los visigodos, y ese mismo año se lo llevó a la tumba.
El historiador Jordanes cuenta que, para la construcción de un sepulcro
que pudiera contener la inmensa fortuna de Alarico, fue necesario desviar temporalmente el curso de un río y cavar un
pozo del tamaño de una basílica. Usando como pretexto el valor
cultural y arqueológico de este tesoro, muchos a lo largo de la historia se han
lanzado a su búsqueda. Uno de
ellos fue nada más y nada menos que Adolf Hitler en 1937 el líder nazi
envió a Cosenza al jefe de la SS, pero
la misión resultó un fracaso.
Mario Occhiuto, actual alcalde de la provincia, propuso a las
autoridades italianas aprovechar los
avances de la tecnología para poder hallar finalmente las riquezas escondidas. Habiendo
detectado cinco posibles ubicaciones, se
realizarán profundos análisis del terreno a través de sondeos geomagnéticos y
microondas.
Los investigadores se muestran confiados: es posible que, en muy poco tiempo, se revele ante nuestros ojos el
tesoro más grande de la historia de la humanidad.
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