lunes, 21 de marzo de 2016

Los valiosos huevos que Fabergé fabricó para los Zares de Rusia

Explora la historia de la mítica casa de joyería rusa, creada por Carl Fabergé en el siglo XIX. Algunas piezas datan del siglo XVII y contienen piedras preciosas, como gemas, esmeraldas y rubíes.

Los famosos huevos de Fabergé son en realidad huevos de Pascua. El domingo de resurrección es la mayor fiesta religiosa del año en los países de Europa del este, igual que para nosotros la Navidad. El regalo más típico de esta época del año es el huevo de Pascua porque simboliza larga vida.

Peter Carl Fabergé siguió la trayectoria de su padre que era joyero y concursó con varios diseños en la Exposición Panrusa de Moscú en 1882 donde obtuvo el primer premio. Esto hizo que el Zar Alejandro III se fijara en él y le encargara un año después la realización de un huevo de Pascua para regalárselo a la Zarina María.

Fabergé realizó un huevo con cáscara de platino que contenía dentro uno más pequeño de oro que dentro tenía una gallina también de oro.



Este huevo-joya tuvo tanto éxito que el Zar le encargó realizar uno nuevo cada Pascua. Cuando murió el emperador, su hijo el Zar Nicolás II continuó con la tradición y cada domingo de Pascua le regaló un huevo a su madre y otro distinto a su mujer la Zarina Alejandra.
Mirad el Huevo que le regaló a su mujer con motivo de su coronación realizado con esmalte de oro y diamantes engastados que forman el escudo del águila imperial. En su interior hay una réplica en oro del carruaje con el que entraron en Moscú.
Los huevos de Fabergé siempre contenían una sorpresa. Para su realización utilizaba esmalte guilloché, metales como el oro y piedras preciosas. Buscaba representar los colores de la naturaleza simulando flores, plantas, insectos y pájaros siempre con el estilo art nouveau típico de esa época.



En 1898 le regaló a su mujer el llamado Huevo de los lirios del valle. Está realizado en esmalte rosa con perlas y diamantes con forma de lirios. Al presionar una perla de un lateral, por la parte superior aparecen tres retratos pintados al óleo del Zar y sus dos hijas mayores.
Fabergé fue nombrado orfebre y joyero de la corte imperial rusa y de otras monarquías europeas. La Revolución Rusa acabó con su joyería y le hizo refugiarse en Suiza hasta su fallecimiento.
De los 54 huevos imperiales de Fabergé sólo se conoce el paradero de 47. La mayoría siguen hoy en día en Rusia. Además de los imperiales, fabricó otros huevos conocidos por el nombre de los Huevos no imperiales para diversas personalidades de la época como Alfred Nobel, los duques de Marlborough o los banqueros Rothschild.
La realización de huevos de Pascua decorados es un oficio muy antiguo en Rusia pero fue Fabergé quien los transformó en un trabajo de orfebrería excepcional convirtiéndolos en joyas intemporales.  



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